Mejor higiene y recuperación de naturaleza, entre lo positivo del coronavirus
Un planeta cada vez más confinado, que cuenta a sus muertos y asiste aterrado al hundimiento de la economía. La pandemia de coronavirus ha traído incontables malas noticias, pero fijándose bien también es factible ver puntos positivos.
Porque entre mejorar la higiene, reducir la contaminación y fortalecer los lazos sociales, pero a distancia, algunos rayos de luz rompen la oscuridad del panorama.
Disfruta en directo estos 10 lugares con encanto pese al Covid-19 y el confinamiento
Te descubrimos una selección de cámaras que emiten automáticamente desde los entornos naturales más bellos del planeta

Visitar los glaciares de Islandia, los parques nacionales de Kenia, las islas remotas de Noruega u oír cantar las orcas en Vancouver es posible sin salir de casa. El confinamiento nos ha privado de todo contacto con la naturaleza más allá de las flores de nuestro balcón, terraza o, si tienes suerte, jardín.
Es bien sabido que el contacto habitual con la naturaleza aporta grandes beneficios. Una de las recomendaciones básicas que le hacen los expertos a los pacientes que padecen algún trastorno de ánimo o ansiedad es pasear por la naturaleza o zonas verdes. Incluso, hay pediatras, educadores y psicólogos que ya hablan del síndrome o trastorno por déficit de naturaleza, un mal que afecta a los niños que viven alejados del contacto con entornos naturales y que se manifiesta en forma de obesidad, estrés, trastornos de aprendizaje, hiperactividad, fatiga crónica o depresión, entre otros síntomas.
Ahora que estamos privados de este contacto y encerrados en casa sin poder salir, es la oportunidad perfecta para conocer entornos lejanos desde la mágica ventana de nuestro ordenador.
En internet hay webs especializadas en emitir en directo los entornos urbanos, rurales y también naturales más bellos de todo el planeta. Las dos webs más importantes son Skyline Webcams y Explore.
No hace falta que recordemos que, al tratarse de cámaras que emiten en directo de forma automática, dependiendo de la hora y el lugar desde el que se realiza la consulta, se pueden observar imágenes diferentes a las mostradas en las capturas mostradas en esta información (y, si se nos permite la broma, si se observa la pantalla en negro quizá es porque en el lugar visitado es de noche).
Si además de ver naturaleza está interesado en ver paisajes urbanos lejanos, le recomendamos la webcam panorámica (en movimiento circular constante) de Hong Kong (en este enlace).
Skyline Webcams dispone de cámaras por todo el mundo. Podemos encontrar ciudades, playas, paisajes y demás. A través de sus webcams podemos visitar un pueblo costero de las islas Lofoten (Noruega), donde por la noche se puede admirar la aurora boreal en vivo
Explore es una web especializada en ofrecer la naturaleza en vivo. En ella podemos deleitarnos con los paisajes más bonitos, ver en vivo la fauna salvaje más exótica o adentrarnos en el fondo marino. Con sus webcams podemos viajar hasta Kenya para ver como los animales salvajes se acercan a beber de las aguas de un lago en Laikipia
A continuación os ofrecemos un paseo por 10 paisajes naturales únicos que darán un respiro a vuestro confinamiento y conseguirán que por un rato nos olvidemos del dichoso Coronavirus.
La Antartida supera los 20º
Si enero fue el más cálido de la historia en la zona desde que existen registros, menos de dos semanas después los termómetros alcanzan un nuevo –y peligroso– récord.
Los –por suerte, ya escasos– negacionistas que aún siguen dudando del calentamiento global lo tienen cada vez más difícil. Por primera vez desde que existen registros, la Antártida ha superado la peligrosa barrera de los veinte grados este mes de febrero. Los científicos brasileños lo acreditaron la pasada semana, el 9 de febrero, cuando en la isla argentina de Marambio los mercurios marcaron los 20,75ºC.
La cifra salta a los titulares pocos días después de que otro grupo de investigadores situados en la base argentina Esperanza, en la península antártica, anunciaran que se habían alcanzado los 18,3ºC el pasado 6 de febrero, algo que ya suponía un nuevo máximo histórico de temperaturas. Hoy, los datos recogidos en Marambio vuelven a batir récords, una noticia peligrosa y alarmante para un planeta en emergencia climática.
Aunque estos datos aún tienen que ser confirmados por la Organización Meteorológica Internacional, cuadran con la tendencia vivida en la zona, una de las que ha visto incrementarse más rápido su temperatura en los últimos años. Como recogen tanto las agencias internacionales como medios como The Guardian, los científicos de la zona han calificado estos nuevos máximos como algo «increíble y anormal».
«Vemos que hay una tendencia al calentamiento en la mayoría de los lugares que estamos monitorizando, pero nunca habíamos visto algo así. Es una señal de que algo está sucediendo en la zona», explicaba Carlos Schaefer, investigador que trabaja en la región en un proyecto del Gobierno brasileño sobre el impacto del permafrost antártico. Aunque, en sus declaraciones, se ha mostrado cauto a la hora de hacer valoraciones sobre el impacto del cambio climático en la Antártida ya que, como explicaba al periódico británico, la temperatura de la península, de las islas Sethland del Sur y del archipiélago James Ross –al que pertenece la isla de Marambio– ha sido muy cambiante en los últimos veinte años: mientras que a principios de siglo era más fría, se ha ido calentado rápidamente.
Sea como fuere, en los últimos años, los récords en la temperatura de la Antártida no paran de batirse. Si 2019 se cerró como el segundo año más caluroso desde que existen datos, este año la tendencia ha continuado al alza: el primer mes de este 2020 ha sido el enero más cálido jamás registrado y, con las últimas cifras en la mano, febrero es candidato a tener el mismo título.
Las consecuencias del calentamiento global son especialmente notables en una zona que atesora casi el 70% del agua dulce del planeta. Si la temperatura continúa creciendo a esta velocidad, derritiendo los glaciares antárticos, los científicos de Naciones Unidas calculan que el nivel del mar subiría entre 30 y 110 centímetros a final de siglo, dependiendo de la eficacia de los esfuerzos del ser humano para reducir las emisiones de gases causantes del calentamiento global. Hoy, con las cifras arrojadas por el termómetro durante los últimos meses, esos esfuerzos parecen más que insuficientes.
Así es la primera agencia de turismo operada por indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta
Esta iniciativa nació para ofrecer a los turistas una experiencia diferente de la mano de la comunidad Wiwa.
Ciudad Pérdidas es uno de los destinos más apetecidos por los turistas que buscan conocer la cultura de las poblaciones indígenas que habitan la Sierra Nevada de Santa Marta. El Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Icanh, informó que en 2018, un total de 22 mil turistas visitaron esta zona del país.
Por eso, la comunidad Wiwa vio una oportunidad para ofrecer a los viajeros una experiencia única. El emprendimiento de esta comunidad se llama ‘Wiwa Tours’, una agencia de viajes operada por indígenas nativos de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Así nació la idea de la primera agencia de turismo indígena
Wiwa Tour, tiene su sede en Santa Marta y cuenta con 14 guías y 6 administrativos que ofrecen a los turistas, especialmente extranjeros, las bondades de conocer este paraíso natural de la mano de las comunidades que conocen a profundidad la tradición indígena. Este emprendimiento nació en 2009.
(Majestuoso, así fue el avistamiento de una ballena de aleta en Colombia)
Piedras Vivas de Romania
Respiran, crecen y se reproducen: el extraño fenómeno de las piedras vivas de Rumania
En el pueblo de Costeti, un valle de rocas asombra y desconcierta a los científicos. Denominadas Trovants, sus características extraordinarias, como moverse o aumentar de tamaño, atraen a investigadores y curiosos de todo el planeta. Las teorías con respecto a su origen
En el pueblo de Costeti, Rumania, un extraño fenómeno natural se convirtió en los últimos años en un atractivo tanto para científicos como para turistas: las piedras vivas. Denominadas Trovants por los pobladores (“piedras que crecen” en rumano), su aspecto no difiere, en general, de las piedras normales, aunque los minerólogos descubrieron ciertos detalles que las convirtieron en únicas en todo el planeta.
De acuerdo a los especialistas, las rocas tendrían una antigüedad de 6 millones de años y habrían comenzado como pequeños guijarros, pedregullo, hasta alcanzar los 10 metros, como sucede en algunos casos. Sin embargo, este proceso no es rápido, al contrario, especulan que tardan mil años en crecer entre 4 y 5 centímetros.

El aumento de masa de las piedras pasó por el microscopio de los científicos, quienes diseccionaron varias muestras para tratar de llegar al fondo de este enigma. Al abrirlas, encontraron una estructura similar a la de los anillos circulares que va formando el tronco de un árbol, capa sobre capa, lo que sirvió para calcular la edad estimativa de algunas piezas.
Luego de diferentes análisis, la rocas –que fueron declaradas monumento de la humanidad por la Unesco– se desarrollaron diferentes teorías con respecto a su capacidad para crecer.
“Las trovants están formadas por arena sedimentada de una cuenca formada hace seis millones de años. Junto a las arenas se han acumulado carbonatos en exceso, que cuando llueve presionan a las capas inferiores de sedimentos y las hacen aflorar hacia el exterior creando las protuberancias”, aseguran desde el Museo Trovant, los encargados de protegerlas.
Algunos investigadores sostienen que las piedras pueden “reproducirse e incluso respirar”, aunque aclaran que estos procesos suceden en una escala micro, entre dos días y tres semanas por “respiración”. Es más, hasta aseguran que tienen un extraño pulso que puede detectarse utilizando un equipo de alta sensibilidad.
Érase una vez Bután
La tranquila vida de Timbu, la capital. Una naturaleza desbordante rumbo al Paso de Dochula. Y la imprescindible, y algo exigente, caminata hasta el Nido del Tigre. Viaje por el pequeño reino del Himalaya que mide su riqueza por la felicidad de sus habitantes
El avión sobrevuela el Himalaya y hace un último requiebro a la cordillera antes de descender sobre un valle para aterrizar en el pequeño aeropuerto de Paro, la única ciudad de Bután que cuenta con conexiones aéreas internacionales. El primer contacto con este pequeño reino cuya riqueza no se mide por los datos macroeconómicos del producto interior bruto, sino por la felicidad de sus algo menos de 800.000 habitantes, no defrauda.

La mayoría de los empleados del aeródromo visten el traje típico (los hombres, el batín hasta las rodillas llamado go, y las mujeres, la kira, con su multicolor falda entallada con chaqueta corta), sobre el que se han puesto el chaleco reflectante reglamentario. La terminal, levantada al estilo tradicional de Bután, es una acogedora construcción a la que se dirigen con paso rápido los viajeros para adentrarse en este país de cuento y con una extensión menor a la de Extremadura. Son prisas lógicas si tenemos en cuenta que llegar hasta aquí no es fácil ni tampoco barato: los vuelos son escasos y las autoridades exigen a cada viajero el pago de una cuota diaria de hasta 250 dólares (227 euros) en temporada alta, además de atenerse a un programa cerrado. Bután, elegido por la editorial Lonely Planet como el país que hay que descubrir en 2020, no es lugar para mochileros ni para la improvisación.

Tampoco lo es para las prisas. Las mil y una curvas de la carretera que discurre entre Paro y Timbu, la capital, alargan un trayecto de 30 kilómetros a casi una hora de coche. No importa, porque el paisaje compensa con creces la lentitud del traslado. El estrecho valle se acurruca flanqueado por empinadas montañas que se elevan cubiertas de árboles. Banderas de oración budista lanzan sus multicolores plegarias desde cualquier rincón. Y esporádicas construcciones, siempre erigidas al modo tradicional, exhiben con orgullo en sus fachadas dibujos que representan tigres, dragones y símbolos religiosos. Así hasta llegar a la capital, una coqueta ciudad que se extiende a ambos lados del río Chu en el escaso espacio que le permiten el embravecido caudal y las cumbres que la custodian.

Para un europeo, Timbu no pasa de ser una ciudad de provincias pequeña con poco más de 100.000 habitantes. No hay grandes avenidas ni altos edificios. Su calle principal, Norzim Lam, es un buen ejemplo de ello. Los comercios a un lado y otro no deslumbran con luces ni escaparates rebosantes, y el semáforo que regula el tráfico en su principal cruce es un policía que muestra su destreza en dar paso o frenar automóviles con movimientos dignos de Michael Jackson. Tampoco se encuentran locales de cadenas multinacionales de comida rápida. Aquí el plato más típico es el mo mo —empanadillas asiáticas cocidas rellenas de carne o verdura—, y si se echa de menos una hamburguesa, nada como la de carne de yak. Para beber una cerveza vale cualquiera de las marcas locales, muchas de las cuales presumen en sus etiquetas de ser artesanales o estar hechas de arroz rojo.
En un país en el que no hubo tele hasta 1999, el tiro con arco es la gran afición
Timbu es de esos lugares que se pasean sin rumbo. Su gran monumento es el dzong Tashichoe, antiguo monasterio budista fortificado que ahora sirve como centro político de este país asiático que tuvo su primera Constitución en julio de 2008. La mole blanca rematada por tejados de color rojo y dorado destaca sobre una ciudad en la que la sencillez manda, como en el resto del país. En Bután, y sobre todo en la capital, nada es pretencioso. Su mejor ejemplo es la Torre del Reloj, en la plaza más céntrica de la ciudad. Si se hace caso a los mapas, que la marcan como punto de referencia, uno espera encontrar una solemne construcción. Nada más lejos de la realidad. Un esbelto pilar de apenas 15 metros de alto, con dragones labrados en sus cuatro caras, sustenta un reloj que se limita a marcar la hora sin aspavientos innecesarios. Lo mismo ocurre con el Memorial Chorten (una estupa budista) o sus dos grandes museos: el dedicado a los textiles artesanales y el que refleja el modo de vida de los butaneses. Basta menos de una hora en cada uno para visitarlos al detalle. Solo los 100 metros de altura de la estatua del buda Dordenma, levantada a comienzos de este siglo a golpe de los dólares de un magnate de Singapur en una de las montañas que rodean Timbu, parece empeñada en llamar la atención con sus dimensiones y su color dorado. Aunque, más que el tamaño, son los miles de pequeños budas de su interior lo que realmente deslumbra.

Como en toda capital de cuento que se precie, aquí manda la tradición. La del sábado es ir al mercado cubierto, en el que se suceden humildes puestos de verduras, arroz, carne, pescado seco y guindillas, muchas guindillas. Eso sí, sin alborotos ni llamadas al consumo. También ir al principal estadio deportivo, que en este caso no es el de fútbol. En Bután el deporte rey es el tiro con arco y sus habitantes convierten las competiciones oficiales o de amiguetes en todo un espectáculo. Los arcos de madera han dejado paso en la mayoría de los casos a modernos modelos hechos de fibra, que permiten lanzar las flechas más lejos y con más precisión, pero la vestimenta sigue siendo el tradicional go, y las normas, las de siempre: se puede intentar distraer al rival cuando se dispone a disparar y cada acierto en la pequeña diana se festeja con grandes alharacas. En un país en el que la televisión estuvo prohibida hasta 1999 y aún hoy tiene una oferta muy limitada, esta sencilla y medieval actividad sigue siendo la principal distracción.

Salir de Timbu es volver a enfrentarse a carreteras sinuosas que ascienden por empinadas laderas cubiertas de árboles. Hacia el este, rumbo a Punakha, la que fuera capital hasta la mitad del siglo pasado, el camino se eleva a 3.100 metros de altitud. El Paso de Dochula, en el punto más alto del trayecto, es a la vez lugar de peregrinación y mirador hacia las cumbres del Himalaya… siempre y cuando las nubes no se empeñen en cubrir todo el lugar hasta darle un aspecto fantasmagórico. Allí se levantan 108 estupas en recuerdo de las víctimas de una de las pocas guerras modernas en las que se vio involucrado el país. Fue en 2003, y el Ejército butanés, comandado por su rey según recalcan los lugareños, rechazó el intento de rebelión de las regiones del sur. Cada uno de esos pequeños monumentos religiosos se erigió en recuerdo de una de las víctimas mortales del conflicto, fuera de un bando o de otro, con la sencillez que exige el budismo, cuyo mantra Om mani padme hum repiten los peregrinos mientras los rodean siempre en el sentido de las agujas del reloj. A pocos metros, en lo alto de una loma, se levanta el Druk Wangyal Lhakhang, un templo construido en recuerdo de aquella guerra. En su interior, junto a la omnipresente y colorista escenografía budista, existe una capilla a la que solo pueden acceder los hombres y en la que se veneran como objeto de paz parte de los útiles de guerra utilizados en aquel conflicto. Una excepción en un país que parece huir, precisamente, de los alardes.

Superado el Paso de Dochula, la carretera desciende rodeada de un paisaje en el que la naturaleza se muestra intacta. Solo las banderas de oración que cuelgan los devotos budistas en los sitios más insospechados rompen, con sus cinco colores, el omnipresente verde de los árboles. A veces, unas sencillas construcciones techadas de madera cobijan a mujeres que venden a los pocos que pasan por allí los productos del campo: pequeñas manzanas, verduras, cereales… Unos 70 kilómetros después de salir de Timbu, al dar la vuelta a la enésima curva del camino, y sobre un valle repleto de campos de arroz, se divisa lo que parece una pequeña población.

En realidad, es un grupo de casas levantado alrededor del Chimi Lhakhang, un monasterio construido en 1499 por el que pasó el lama Drukpa Kunley, un monje budista conocido como El Loco Divino por su afición al vino, a satisfacer sexualmente a las mujeres y a lucir en público su miembro viril. Pese a estos alardes tan poco espirituales, los butaneses le profesan una gran devoción. El templo, por el que corretean niños-monjes vestidos con las túnicas color azafrán, es pequeño y humilde. En una esquina, a un lado de las multicolores estatuas de Buda, hay un sencillo álbum que contiene decenas de fotos de devotos del país y del extranjero que sonríen con bebés en sus brazos. Son la fotogénica demostración de que el templo es destino obligado para aquellos a los que la fertilidad les es esquiva y ponen todas sus esperanzas en la singular intercesión del Loco Divino. Para recalcar esa fama, la población ha convertido los falos hechos de madera en su principal souvenir. Los hay de todos los tamaños y colores. Incluso con alas o con un balón sobre el glande. Además, buena parte de las puertas de las viviendas —no solo aquí, sino también en muchos otros lugares del país— están decoradas con penes virtuosamente dibujados en plena eyaculación. “Espantan a los malos espíritus y atraen la fertilidad”, asegura Dorji, un joven butanés que combina el traje tradicional con unas gafas de espejo a la última moda occidental.

Punakha no está lejos. Sus casas se esparcen por el valle empeñándose en ocultar que integran la segunda ciudad más importante de Bután. Sin embargo, su rotundo dzong recuerda que allí estuvo una vez el poder religioso y político. Enclavado en la intersección de los ríos Pho Chu y Mo Chu, los altos y gruesos muros blancos del monasterio fortaleza intimidan. Para llegar a él hay que cruzar un puente techado y, más adelante, ascender una empinada escalera que da paso a un sinfín de pinturas murales de mil y un colores que representan escenas budistas con sus cielos e infiernos. Los patios están flanqueados por corredores sustentados por labrados pilares. Y los inmaculados y altos muros solo son rotos por elevadas ventanas y puertas majestuosas con marcos profusamente decorados. Al fondo se abre el templo, con sus esculturas doradas y las pinturas que, como en un cómic, recrean la vida de Buda. Dentro, el silencio lo ocupa todo y solo el crujir de la madera por los pasos rompe mínimamente la sensación de recogimiento.
Solo las banderas de oración que cuelgan los devotos budistas en los sitios más insospechados rompen, con sus cinco colores, el omnipresente verde de los árboles
Hay que seguir el viaje, y para ello hay que volver hacia el oeste, superar de nuevo el Paso de Dochula y atravesar la tranquila Timbu sin semáforos ni prisas. El destino final es Paro, la ciudad que sirve de entrada al país. Su dzong, a diferencia de los de Punakha y Timbu, no está enclavado en la orilla del río, sino en la ladera de la montaña. Además, por encima de él conserva la robusta torre de vigilancia que antes permitía avisar a los monjes de los peligros que se acercaban y que hoy ofrece espectaculares vistas del valle, de mismo nombre, donde se asienta esta modosa ciudad. A las afueras de Paro está el Kyichu Lhakhang, tal vez el templo más antiguo, humilde y bello de Bután. Rodeado de campos de arroz, este paraje religioso del siglo VII es visitado por cientos de devotos budistas que hacen girar sus molinillos una y otra vez mientras circundan el templo. Un poco más arriba está el Satsam Chorten, repleto de pequeñas figuras de barro con forma de pastelillo que son ofrendas por los fallecidos. Las inhiestas banderas de oración se encargan de llevar las plegarias de los fieles más allá del horizonte.

Sin embargo, el gran atractivo de Paro no es ni su majestuoso dzong ni el vetusto templo, sino el Taktshang Goemba, el famoso Nido del Tigre, un monasterio que desafía al vértigo enclavado a 3.200 metros de altitud en la vertical pared de la montaña. Se cuenta que hasta allí llegó volando en un tigre Guru Rinpoche o Maestro Precioso, el monje que en el siglo VIII introdujo el budismo Nyingma que aún profesan los habitantes de Bután y que por ello han convertido este remoto lugar en sagrado. Llegar a este templo de finales del siglo XVII no es ahora tan fácil como, según la tradición budista, le resultó a Guru Rinpoche. Requiere emprender una caminata para salvar un desnivel de 700 metros desde el último lugar al que se puede llegar en vehículo. Son al menos dos horas y media cuesta arriba por un camino de tierra en el que la altitud (se superan los 3.000 metros en muchos tramos) obliga a los pulmones no acostumbrados a realizar un esfuerzo mayor. Pero no importa, porque ya durante el ascenso el espectáculo lo merece. Y no solo por las diferentes vistas del Nido del Tigre —muy recomendable la que se contempla desde el pequeño restaurante que hay a mitad del ascenso—, sino por la naturaleza que emerge sin mácula allá donde se mira. Además, las banderas de oración se multiplican a cada paso, no faltan los pequeños chorten (estupas budistas) aquí y allá, y una cascada que se descuelga desde el último risco da la bienvenida justo antes de entrar en el ansiado templo.
El interior del monasterio es una sucesión de capillas multicolores donde enormes figuras de Buda y el Guru Rinpoche con su tigre miran desde arriba a los fieles que se arrodillan ante ellos para pedir su intervención en los asuntos mundanos. El olor de las lámparas de mantequilla de yak, el animal que resume la dureza de vivir en el Himalaya, lo inunda todo mientras los monjes continúan en sus quehaceres diarios ajenos al trasiego de viajeros sudorosos que han logrado llegar. Asomado a una de las terrazas que aboca la mirada sin remedio al precipicio donde se levanta este templo, es difícil no convencerse de que Taktshang Goemba merece por sí solo el viaje a Bután. Quizá el atractivo de este reino de cuento se encuentre, precisamente, en pequeños detalles como este.
CUATRO PISTAS MÁS
Una excursión
Bumthang Owl Trek
Esta ruta senderista de tres días y dificultad baja al norte de Bután, entre bosques de abedules y pinos del Himalaya, permite avistar el bello plumaje del tragopán y se asoma al sagrado y aún virgen monte Gangkhar Puensum (7.570 metros).
Un festival
Paro Tshechu
Entre danzas de máscaras y música tradicional, el tshechu (festival) budista de Paro, celebrado desde 1644, es el más importante del país e invita a sumergirse durante cinco días (en 2020, del 4 al 8 de abril) en la rica cultura de Bután.
Un animal
Motithang Takin Preserve
El takin es el animal nacional de Bután, un extraño mamífero oriundo de Asia Central cuya creación atribuye una leyenda al lama Chimi Lhakhang, El Loco Divino. Se pueden avistar en libertad en la reserva de Motithang, cerca de Timbu.
Un parque nacional
Royal Manas
Creada en 1966, pero abierta al público recientemente, esta reserva de ecosistema tropical acoge 900 tipos de plantas y especies en peligro de extinción como el tigre de Bengala o el langur dorado, uno de los primates más raros de Asia.
REQUISITOS PARA EL VIAJERO
El Gobierno intenta que el turismo tenga el menor impacto posible en el patrimonio cultural y natural de Bután (tourism.gov.bt). Para ello, exige que cada viajero contrate a través de una agencia local un recorrido que, si bien se puede diseñar a medida, debe ser cerrado. Además, deben abonar una tasa por noche: desde los 179 euros al día en temporada baja (los meses más fríos —diciembre, enero y febrero— y la época del monzón —junio, julio y agosto—) hasta los 227 euros para el resto del año. Hay descuentos para grupos, estudiantes, niños y viajes de larga duración. Esta tasa diaria incluye el alojamiento en hoteles de tres estrellas, tres comidas al día (sin bebidas), un guía de habla inglesa y el transporte en vehículo con conductor. En caso de realizar un trekking, engloba el material de acampada. También incluye las entradas a los lugares turísticos y el visado. No lo están ni los vuelos internacionales (entre 350 y 450 euros desde Katmandú, la ciudad más cercana con conexión aérea) ni los interiores, solo necesarios si se decide recorrer la zona más oriental del país.
Fuente: https://elviajero.elpais.com/elviajero/2019/12/26/actualidad/1577364992_888055.html
El secreto mejor guardado del Monte Fuji
El Monte Fuji es un icono de Japón. Lo saben aquellos que lo han visitado y también los que no han tenido la suerte todavía. Es la montaña (o volcán) más alto del país con 3.776 metros de altura y en sus alrededores se pueden realizar muchas actividades que mantienen viva la zona
Pero un lugar tan místico y simbólico también esconde muchos secretos. El pico del monte es propiedad privada Aunque la naturaleza no tiene propietarios, se pueden hacer algunas excepciones. El monte pertenece al gobierno, sin embargo, a partir de la etapa 8 la propiedad pasa a ser de santuario Fujisanhongu Sengen Taisha. ¿Te puedes casar en el monte Fuji? Sí, en la misma cima. El salón del Fujisanhongu Sengen Taisha es muy pequeño para albergar grandes bodas (hasta 10 personas aproximadamente), pero sí se puede casar una pareja. En este sentido, si la decisión es celebrar ahí la boda, debes escribir con tres meses de antelación para que se tenga en cuenta la solicitud. Al año, alrededor de 3 parejas celebran aquí su enlace, algo que seguro les supone un esfuerzo puesto que hay que ascender el monte pero que, viendo la naturaleza que les rodea, merece sin duda la pena. Un reejo digno de su belleza Ver una montaña tan imponente como el monte Fuji reejada en un lago es un momento y una imagen muy especial, es por eso que está incluido en el billete de 1.000 yenes. Los cinco lagos que rodean al monte Fuji permiten ver este reejo, aunque no es muy fácil que pase. Si coincide que el día que vas está soleado y no hay viento, prepara la cámara, ¡porque ahí estará la foto esperada! La frente de Fuji Se le llama “frente Fuji” al pico que se forma en la línea del cabello en la frente. Muchas mujeres están retratadas con esta característica en el arte japonés a través de la historia
Norwegian Cruise Line elimina las botellas plásticas en toda su flota
La marca anunció el año pasado que se asoció con la compañía JUST® Goods, Inc., que le permitió a la línea de cruceros reemplazar todas las botellas de agua de plástico de un solo uso en su ota de 17 barcos, comenzando con su barco más reciente, el Norwegian Encore.
La decisión es el último paso de sostenibilidad para Norwegian Cruise Line. En el 2018, la compañía eliminó los sorbetes de su ota al igual que de sus destinos privados, y como resultado de esta reciente iniciativa, reemplazará más de seis millones de botellas de plástico de un solo uso cada año. Además, la marca está trabajando para eliminar las botellas de champú y acondicionador de plástico de un solo uso a nales de este año. Estos esfuerzos son impulsados por el programa ambiental Sail & Sustain de la compañía, que es su compromiso para minimizar los desechos a los vertederos, reducir su tasa de emisiones de dióxido de carbono (CO2), aumentar el abastecimiento sostenible e invertir en nuevas tecnologías. “Este es un momento muy especial y lleno de orgullo para nosotros”, dijo Harry Sommer, Presidente y CEO de Norwegian Cruise Line. “Como una línea de cruceros líder, nos complace tener un impacto tan grande al eliminar las botellas de bebidas de un solo uso en toda nuestra ota. Es solo una de las formas en las que estamos trabajando para preservar nuestros océanos y los destinos que visitamos. Esto es solo el comienzo de lo que nosotros y otros podemos hacer. Estamos increíblemente comprometidos con nuestro programa Sail & Sustain y creemos de todo corazón en la importancia de preservar nuestros recursos naturales. Continuaremos esforzándonos por tomar decisiones ecológicas para beneciar a nuestro planeta”. Visualizado y fundado por el rapero, compositor, actor y activista estadounidense Jaden Smith y su familia, JUST usa un método innovador para obtener y empaquetar el recurso más valioso del mundo: el agua. La empresa pionera se enfoca en un modelo de impacto, teniendo en cuenta tanto la fuente como el empaque del agua. JUST es 100% agua de manantial en una caja de cartón compuesto a base de plantas. El envase está hecho de 82% de materiales renovables: el cartón de papel está hecho de árboles cultivados en bosques trabajados de manera responsable y la tapa y el hombro están hechos de un plástico a base de caña de azúcar. Es rellenable y reciclable. JUST tiene una presencia global con instalaciones de embotellamiento en Glenn Falls, Nueva York; Ballymena, Irlanda del Norte; y Ballarat, Australia, lo que permite a la compañía satisfacer la demanda en todo el mundo sin enviar agua desde una sola fuente de producción. JUST también se encarga de usar las opciones de envío más ecientes disponibles.
Fuente: Dailyweb
https://dailyweb.com.ar/noticias/val/34593-13/noticias_desde_mail.html
Shaanxi, la ciudad mas destacada entre los destinos turisticos
En los últimos años, Shaanxi ha asumido la posición de liderazgo mundial en promoción del turismo y la cultura, y ahora se ha convertido en la “celebridad web” en el mercado turístico mundial
La historia y la cultura de Shaanxi están en todas partes, y la integración perfecta entre la capital milenaria y la ciudad moderna es insustituible en China. City Wall, Terracotta Warriors, Tang Paradise y muchos otros lugares históricos son “los hashtags más buscados” entre los turistas. Shaanxi muestra los recursos tradicionales de manera creativa. Xi’an, su capital, se ha esforzado por construir “Music City”, “Museum City” y “City with Book Aroma”. También celebró una variedad de eventos fantásticos, incluido el Festival Internacional de Cine de Silk Road, el Maratón Internacional y el espectáculo de luces en el Paraíso Tang, para presentar a los visitantes una metrópolis internacional con encanto antiguo. VidCon, la celebración más grande del mundo de video digital y creadores en línea, se celebró en los Estados Unidos en julio de este año y atrajo a miles de celebridades web y fanáticos de todo el mundo. El stand creativo presentado por el Departamento Provincial de Cultura y Turismo de Shaanxi hizo su debut en el evento, que rompió con el modo tradicional de promover el turismo y la cultura en el mercado global. Experiencias interactivas que trajo mezcladas con varios elementos de las atracciones turísticas y la cultura de Shaanxi, dejando a los fanáticos con profundas impresiones. Al integrar el marketing de celebridades web, TikTok y VidCon, mejoró efectivamente la exposición y la reputación internacional del turismo y la cultura de Shaanxi, presentando la historia de Shaanxi y la civilización humana a los fanáticos de todo el mundo. Shaanxi ha estado insistiendo en una actitud abierta e inclusiva y ha estado construyendo positivamente el centro internacional de turismo cultural de primera clase con características históricas y culturales. En el futuro, Shaanxi continuará enfocándose en proporcionar excelentes productos y servicios culturales, combinados con la promoción en las redes sociales internacionales y el lanzamiento de actividades creativas en línea y fuera de línea en el hogar y en el extranjero.
Fuente: Dailyweb
https://dailyweb.com.ar/noticias/val/34593-13/noticias_desde_mail.html